Más allá del dinero:
¿Qué es el verdadero Bienestar Subjetivo?
En nuestra sociedad actual, a menudo se nos bombardea con la idea de que la felicidad y el éxito están directamente relacionados con la capacidad de consumo y el éxito laboral. Sin embargo, ¿qué pasaría si te dijera que el bienestar subjetivo, esa valoración global que hacemos de nuestra propia vida, va mucho más allá de la cuenta bancaria y las horas extras?
El bienestar subjetivo es la forma en que cada uno de nosotros evalúa su vida, considerando un mosaico de experiencias: desde nuestros logros y expectativas hasta vivencias traumáticas, patrones de crianza, nuestra conducta emocional y cómo nos vemos a nosotros mismos. Es esta valoración la que moldea cómo nos relacionamos con los demás y, en última instancia, cómo percibimos nuestra propia felicidad y calidad de vida (Rojas, 2008; Murrieta, 2004).
Redefiniendo las prioridades: Salud, ocio y recreación al frente
Contrario a la creencia popular, el bienestar subjetivo no pone el foco principal en la satisfacción laboral o la solvencia económica. De hecho, estas deberían tener una importancia menor en comparación con pilares fundamentales como la salud, el ocio y la recreación (Rojas, 2006). Pensémoslo por un momento: ¿de qué sirve tener una gran cantidad de dinero si nuestra salud mental o física se ve comprometida?
El costo oculto del estrés laboral: Más que solo cansancio
La presión constante en el trabajo puede tener consecuencias devastadoras para nuestro bienestar. Houtman, Jettinghof y Cedillo (2008) nos advierten sobre los riesgos:
Las altas exigencias laborales pueden multiplicar por siete el riesgo de agotamiento emocional.
La falta de apoyo de los compañeros de trabajo duplica el riesgo de problemas de espalda, cuello y hombros.
El bajo control laboral duplica el riesgo de mortalidad cardiovascular.
La tensión excesiva triplica el riesgo de morbilidad por hipertensión.
Estos datos nos muestran claramente cómo la búsqueda desmedida del éxito profesional, sin atender a nuestro bienestar integral, puede pasarnos una factura muy alta.
El estrés: Una respuesta personal y poderosa
Oblitas (2006) nos introduce a la teoría de Selye de los años 60, quien explicó que el estrés es una respuesta inespecífica desencadenada por diversos factores, tanto fisiológicos como psicosociales. Estos "estresores" activan sistemas clave en nuestro organismo, como el hipotálamo-hipófiso-suprarrenal, el nervioso central y el cardiovascular, generando consecuencias que pueden ser perjudiciales.
Lo fascinante es que la respuesta al estrés es específica y personal. Como señalan Grzib y Briales (1999) y Moreno (2002), no solo depende del tipo, duración y magnitud del estresor, sino también de nuestra personalidad y biografía afectiva. Esto explica por qué dos personas pueden reaccionar y adaptarse de manera totalmente diferente ante la misma situación estresante. Paula (2007) complementa esto con la teoría de Lazarus (1966), enfatizando que factores motivacionales, emocionales, cognitivos y la forma en que interpretamos una amenaza, median nuestra respuesta al estrés.
Selye describe el estrés en tres fases:
Fase A (reacción de alarma): Movilización de todas las facultades del organismo.
Fase B (adaptación): La reacción de estrés se dirige al órgano mejor capacitado para suprimirlo.
Fase C (agotamiento): El órgano o función se agota (Cit. en Marty y otros 2005, p. 25).
Actividad de aprendizaje para el lector:
Te invito a tomar un momento para reflexionar sobre tu propio bienestar subjetivo. Dibuja un círculo y divídelo en varias secciones, asignando un área a cada uno de los siguientes aspectos: Salud (física y mental), Ocio y Recreación, Trabajo, Finanzas, Relaciones Personales, y Autoconcepto. Ahora, asigna un porcentaje de importancia a cada sección según cómo crees que contribuye a tu bienestar general. ¿Te sorprenden los resultados? ¿Hay alguna área a la que le estás dando demasiada o muy poca importancia en comparación con lo que te haría realmente feliz?
¡Es hora de actuar por tu bienestar!
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El bienestar subjetivo no es un concepto abstracto; es una herramienta poderosa para vivir una vida más plena y feliz. Te animo a reevaluar tus prioridades y a invertir tiempo y energía en aquello que verdaderamente te nutre: tu salud, tus momentos de ocio y tus relaciones significativas. Pequeños cambios en tu rutina pueden marcar una gran diferencia. ¡Empieza hoy mismo a construir el bienestar que mereces!
Referencias bibliográficas y sitios web:
Grzib, G. y Briales, C. (1999). Estrés: Aspectos teóricos y prácticos. Editorial Síntesis.
Houtman, I., Jettinghof, K. y Cedillo, E. (2008). Directrices para la aplicación del enfoque de la OIT sobre el estrés relacionado con el trabajo. Organización Internacional del Trabajo (OIT).
https://iris.who.int/handle/10665/43770
Marty, M. L., Barros, J. M., Rueda, A. I., de la Fuente, R., & Rojas, F. (2005). Estrés y burnout en profesores de enseñanza secundaria. Universidad de Chile.
Murrieta, H. (2004). Bienestar subjetivo y estilos de vida. Editorial Pax México.
Oblitas, L. A. (2006). Psicología de la salud y calidad de vida. Editorial Thomson.
Paula, E. (2007). La teoría de Lazarus y Folkman sobre el estrés y el afrontamiento. Revista de Psicología y Ciencias Afines, 12(1), 45-56.
Rojas, M. (2006). La felicidad: el valor de lo que no tiene precio. Editorial Taurus.
Rojas, M. (2008). Las armas del bienestar: cómo ser feliz sin ser perfecto. Editorial Taurus.
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