¿Cómo podemos tener una verdadera espiritualidad?
Primer requisito:
Quien está firmemente establecido en la veracidad asegura a sus palabras un resultado infalible.
La verdad, satya, etimológicamente y filosóficamente está vinculada con el ser (sat). Quien es veraz capta lo que está más allá de las apariencias.
Verdad es la correspondencia entre el pensamiento, la palabra y lo que se ha escuchado, visto, deducido. Verdad es decir lo que sentimos y sentir lo que decimos. Pero es también un acuerdo entre lo que uno es y lo que debería ser. Esto se realiza cuando el yo que se manifiesta es el reflejo del yo interior sintonizado sobre el yo ideal, meta de los esfuerzos hacia la liberación. Es lo que se expresa con las palabras autenticidad, integridad, realización.
La mentira está directamente en contra de los fines del Yoga. Causa ansiedad, sospechas, angustias. Ofusca la mente, impide ver la esencia de las cosas y se opone directamente a la iluminación.
Quién practica la verdad en sus pensamientos, palabras y acciones sin desviarse a pesar de los inconvenientes que puedan surgir, está en Dios, se fundamenta sobre lo estable, lo que no defrauda o engaña. Se transforma en un ser real, auténtico, que logrará captar lo real de los otros en una vida sin máscaras ni ficciones.
A veces las palabras sinceras podrían ser dañinas a los demás. Hay que evitar una palabra correspondiente a la verdad si no sirve a finalidades buenas y útiles. Antes que la lengua pueda hablar, debe haber perdido el poder de herir.
Las palabras de quién es veraz se vuelven palabras cargadas de poder, llenas de fuerza creadora.
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