En la filosofía oriental
La felicidad se
concibe como una cualidad producto de un estado de armonía interna que se
manifiesta como un sentimiento de bienestar que perdura en el tiempo y no como
un estado de ánimo de origen pasajero, como generalmente se la define en
occidente.
Muchas veces confundida con la alegría de
carácter emocional y efímero, la felicidad perdura en el tiempo y se identifica
como una cualidad, tal y como ser alto, fuerte o inteligente, una persona es
feliz.
Mientras que la alegría se concibe como un
estado de satisfacción, la felicidad se considera un estado de armonía interna.
Un gran maestro de la antigüedad dijo:
Verdaderamente
felices vivimos sin odio entre los que odian. Entre seres que odian, vivamos sin odio.
Felices
vivimos con buena salud entre los que están enfermos. Entre los que están
enfermos, vivamos con buena salud.
Vivimos
felices sin ansia entre aquellos que ansían. Entre aquellos que ansían, vivamos
sin ansiar.
Felices
vivimos porque no tenemos impedimentos. Llenémonos de gozo como dioses en la
esfera radiante.
La
victoria engendra enemistad. Los vencidos viven en la infelicidad. Renunciando
tanto a la victoria como a la derrota, los pacíficos viven felices.
No hay
fuego como el deseo; no hay mal como el odio; no hay nada más enfermo que el
cuerpo; no hay mayor felicidad que la paz del bien.
El hambre
es la mayor aflicción; los agregados (cuerpo-mente) representan la mayor
enfermedad.
Percibiendo
esta realidad, se alcanza el bien, la dicha suprema.
La salud
es la más alta posesión. El contento es el mayor tesoro. Un amigo de confianza
es el mejor pariente. Amor es la más alta bendición.
Habiendo
experimentado el saber de la soledad y de la quietud, libre de angustia y de
atadura, se absorbe en el saber del gozo de la enseñanza del sabio.
Saludable
es la visión de los nobles; su compañía siempre resulta dichosa. No viendo a
necios, uno permanecería siempre feliz.
Verdaderamente,
quien permanece en compañía de necios se atribula durante mucho tiempo. La
asociación con necios es incluso tan penosa como con un enemigo. Feliz es la
compañía con un sabio, incluso tanto como el encuentro con un pariente.
Si hallas
un hombre inteligente, sabio, con conocimiento, consistente, responsable y
noble, con un hombre tal, virtuoso e inteligente, debe uno asociarse, como
sigue la luna el sendero de las estrellas.
Así es el sendero que cada uno vivirá de aquí en adelante en su propia vida, pues la búsqueda del bien y de la felicidad es innato al ser humano. Está comprobado por la ciencia que nuestro cuerpo y mente están hechos para el bien y la felicidad. Cuando hacemos lo opuesto comienza la desintegración y enfermedad. Busca el bien siempre y no te canses de hacerlo..... ¡Te conviene!
LA FELICIDAD ESTA EN TU ELECCION Y VOLUNTAD DE PERMANECER EN ESA ELECCION |
Abrazos de luz...
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